FRÁGIL PIRATA
No pude ser la sirena que en puerto esperara
con piernas de seda...y sombras de plata.
El marinero que quise, marchó mar adentro
no le importó que sufriera...escamas de desaliento.
Nado a contracorriente entre arrecifes perdidos
las olas susurran saladas y mojan mi piel en cautivo.
Lloro entre la agonía que parte mi alma
que rige mi espíritu, me eleva hasta cotas
de cielos vencidos.
Lloro por no llorar en cúspides de rocas
acantilados de cristal, océanos de gloria.
Quedo rendida a la soledad que el mar
me otorgó sin permiso... corazón encogido
Frágil sirena que fuiste, hoy vil pirata
pérfida ante tú mirada, perversa ante una caricia.
Pirata que muere por beber de tú boca.
Mariangeles Ibernón
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